En el 2008, el conocido chef francés Timour Ghoneim vino al Perú para hacer turismo y conocer nuestra gastronomía y quedó fascinado. Decidió tener un canal digital para hablar sobre la cultura y la cocina peruana con el fin de que se haga conocida en todo el mundo, pues nuestro país fue bendecido con una biodiversidad valorada en el exterior. Ya tiene seis años viviendo aquí y su crepería va viento en ‘popa’, pues sus seguidores hacen largas colas para probar su postre francés.
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“Me fascina todo de Perú, su gente, su cultura, el ambiente, su comida y sus insumos. Todo esto hizo que yo decida volver y hacer algo aquí”, refiere.
El chef cuenta que, en ese entonces, sólo veía noticias de las cocinas extranjeras y siempre se preguntaba: ¿por qué no hablan de Perú, si lo tiene todo? Entonces decidió trabajar en ello, y creó un canal digital para resaltar las bondades de nuestro país y de la infinidad de insumos y platos que tenemos.
Confiesa que renegó mucho porque no entendía el por qué la comida peruana no se conocía en otras partes del mundo. Además, siempre invitaba a sus amigos franceses y de otros países a visitar nuestro país para que lo ayuden a difundir la gastronomía.
“Yo le dije a mi ex enamorada que sería muy bueno venir a vivir aquí y abrir un negocio de crepés, al final terminamos y yo me quedé aquí con ese sueño que me daba vueltas todo el tiempo”.
Cada vez que iba a Francia, Timour les decía a sus amigos y a su familia que su vida la pasaría en nuestro país. Hace seis años, se la pasó haciendo contenidos para su canal y para sus redes sociales donde muchos de sus seguidores le pedían que haga platos de su país con toques peruanos.
El sueño de emprender en Perú
Timour empezó a planear su futuro negocio que por el momento quedó en stand by por la pandemia. En esos meses de confinamiento, se la pasó pensando si regresaba a su país o se quedaba aquí.
Los meses pasaban y no había nada claro aún con lo que pasaría en el mundo, pero cuando el gobierno peruano dio luz verde para volver a activar los negocios, Timour emprendió su nuevo reto, crear su crepería en San Miguel.
Él empezó de cero, limpiando el local, pintando, decorando y armando la logística. Abrió durante la crisis sanitaria y llevaba los pedidos con su bicicleta, ya por la tarde, lo único que quería ver era su cama porque terminaba exhausto.
Sus seguidores felices con sus crepes
Con el tiempo, decidió cerrar ese local para ir en busca de otro espacio en la avenida Canevaro, en Lince, pues muchos de sus seguidores pedían un lugar más céntrico donde puedan llegar. Y la demanda va en aumento, las cosas son muy largas porque nadie quiere irse sin su postre francés con toques peruanos.
“Mis crepés son hechos en casa, de manera artesanal y con mucho amor. Al inicio me demoraba mucho porque todo es del día, muy fresco, razón de que hay mucha calidad y el sabor es delicioso. Le agregué la lúcuma tan deliciosa que no hay en mi país”, detalla-
Timour trabaja con frutas de temporada que les compra a los productores para darles trabajo, abre su local de martes a domingo, de 4 de la tarde a 8 de la noche.
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