Enseñamos a los hijos los peligros de hablar en la calle o por teléfono con desconocidos y de pasar horas en Internet y videojuegos. Pero, ¿y el chat? Las redes sociales y algunas aplicaciones facilitan el contacto incluso con supuestos ‘nuevos amigos’, pero hay alto riesgo de robo, adicción, pornografía, secuestros, depravados y ‘grooming’ (acoso sexual a menores por Internet).
Hace unos días, en el Rímac, la policía capturó a un sujeto que, vía Facebook, captó a una adolescente de 15 años con la que empezó a ‘chatear’ y luego se la llevó cuatro días y la violó.
PREVENCIÓN
“A los adolescentes y jóvenes les atrae la novedad, curiosidad y la interactividad. El chat permite hacer y decir cosas incluso sin identificarse (usan ‘nicks’), sin tono de voz, con íconos y ese anonimato, aunque saben que es peligroso, les gusta porque lo desconocido y prohibido llama y desinhiben su intimidad fantasiosa o real”, dijo a Trome la psicoterapeuta, docente y entrenadora de talleres de liderazgo, Adelaida Noriega Cabrera.
Las carencias afectivas y de reconocimiento pueden ‘enganchar’ al chat. “Se sienten escuchados, emocionados porque les contestan y prestan atención, llegando a formar nexos afectivos, aún con desconocidos. La autoestima frágil hace ser ‘presa fácil’”, sostuvo la especialista.
TOME EN CUENTA
-Padres: Si son punitivos (castigadores), no hay buena comunicación, su hijo(a) les tendrá miedo y desfogará en las redes. Si son permisivos, dan ‘mensaje encubierto’: ‘entretente con Internet, tengo cosas más importantes que hacer’.
-Fortalezca su personalidad y autoestima para que sepan diferenciar.
-Las redes sociales son positivas para la comunicación, el estudio, la distracción. Se tornan negativas con el uso inadecuado.
-Supervisión y filtros sirven, pero la mejor protección: Conversar, darles amor y educar prevención: ‘¿No conoces quién es en la red? Bloquéalo’.
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