Por: Miguel Ramírez / Periodista de investigación
En la Corte Federal de Brooklyn, en Nueva York, se realiza uno de los juicios que concita la atención del mundo entero: el proceso contra el narcotraficante Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán, el despiadado, multimillonario y jefe del cártel de Sinaloa.
Las audiencias –a donde asisten también otroras poderosos narcotraficantes mexicanos y colombianos– se desarrollan en la más absoluta reserva.
Ningún periodista tiene acceso a la sala, pero se las ingenian para recoger historias que trascienden y se filtran, todas ellas espectaculares, surrealistas, pero que, en efecto, ocurrieron durante los años en que el ‘Chapo’ era el principal proveedor de cocaína que ingresaba a Estados Unidos.
El ‘narco’ colombiano Juan Carlos Ramírez, ‘Chupeta’ –que trabajaba para Guzmán–, contó que una vez perdieron un cargamento de 14 toneladas de droga, valorizada en ¡400 millones de dólares!, que iban en un barco pesquero.
Nadie sabía que el capitán de la nave era un cocainómano. Consumió tanto polvo blanco que, en plena travesía, “empezó a ver fantasmas y guardias costeros de Estados Unidos por todas partes y hundió el barco”.
La mercadería –según relató ‘Chupeta’– fue rescatada tiempo después por buzos extranjeros, contratados por Amado Carrillo Fuentes, el famoso ‘Señor de los Cielos’, socio del ‘Chapo’ y jefe del cártel de Juárez.
Eran tan amigazos que una vez los proveedores de droga colombianos se equivocaron. En lugar de entregarle a la gente del ‘Chapo’ se la dieron a los de Carrillo. El ‘Chapo’ montó en ira, pero todo se solucionó en una bacanal de trago y mujeres, donde el cargamento fue devuelto kilo por kilo.
Hay otros testimonios impactantes que también se han conocido. Uno de ellos es el que asegura que el verdadero jefe del cártel de Sinaloa era, y sería hasta hoy, Ismael ‘El Mayo’ Zambada, el socio del ‘Chapo’.
En efecto, a diferencia de Guzmán, a quien le gustaba el protagonismo y las bellas mujeres, Zambada es un hombre discreto. Son pocas las fotografías que se conocen de él. En sus más de 50 años de narcotraficante, nunca ha sido detenido.
Tal como revelamos el año pasado en esta columna, el ‘Chapo’ y ‘El Mayo’ estuvieron en Lima el año 2004. Se reunieron en Miraflores con dos narcos peruanos y diseñaron un espectacular envío de droga. Los ‘capos’ despacharon cuatro toneladas de droga en una embarcación llamada ‘Grichi’, que partió de Chimbote.
Cuando la nave se encontraba a la altura de Islas Galápagos se le acercó un barco atunero. Las autoridades intervinieron los dos barcos. En la ‘Grichi’ encontraron las 4 toneladas de droga y, en el otro buque, 12 toneladas, pero con distintos sellos.
Se trataba de una especie de ‘combi’ que recogía cargamentos de cocaína de distintos países para el ‘Chapo’ Guzmán.
La imaginación e ingenio de los capos de la droga no tiene límites. Nos vemos el otro martes.
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