Elegir la base de maquillaje adecuada puede ser un desafío, sobre todo cuando se busca un tono que realmente se mezcle con el color de la piel y deje un acabado natural. “La regla de oro es optar por un producto que se asemeje al color natural de la piel. Esto permitirá hacer alguna corrección con polvos bronceadores u otros cosméticos”, indica Andrea Díaz, cosmetóloga de SEYTÚ.
Hora de la elección
1. ZONA ADECUADA. Se recomienda aplicar la base en la mandíbula hacia el cuello (o directamente en el cuello) para encontrar el tono más natural. Evita la frente, ya que es una zona más expuesta al sol y tiende a broncearse, lo que podría darte un resultado poco uniforme.
2. LUZ NATURAL. Esto es clave para saber si el color realmente coincide con tu piel. La luz artificial puede alterar la percepción del tono, haciéndolo parecer más claro u oscuro.
3. ACABADO FRESCO. Asegúrate de que no se vea una línea de separación entre rostro y cuello. “Esta prueba es clave para que la base se integre naturalmente al tono de tu piel, especialmente si estarás bajo luz fotográfica o en eventos”, enfatiza la experta.
4. UNIFORMIDAD EN EL TONO DE PIEL. Si tienes un tono de piel irregular considera usar dos bases, una para las áreas más claras y otra para las más oscuras, aplicándolas por zonas. Otra opción más rápida es mezclar ambos tonos para una cobertura uniforme.
Datito
Un error común es probar la base en la muñeca o el antebrazo, donde el tono de la piel puede variar con relación al del rostro.
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