Las repercusiones por la decisión del gobierno de Venezuela de quitar poderes a la Asamblea Nacional comienzan a dejarse sentir a nivel internacional. Pero a pesar de la condena del gobierno peruano, que retiró de forma permanente a su embajador en ese país, y la condena de varios representante de la política nacional varios de los más importantes representante de la izquierda siguen evitando llamar dictadura al régimen de Nicolás Maduro.
Verónika Mendoza, Marisa Glave y Marco Arana tardaron en manifestarse este último jueves sobre esta polémica decisión que puede llevar a Venezuela recibir diversas sanciones internacionales. Aunque aceptaron que disolver al legislativo, mayoritariamente opositor, es un quiebre al orden democrático, han evitado nuevamente a darle un claro calificativo a la opresora administración chavista.
"La resolución del Tribunal Supremo de Justicia rompe el equilibrio democrático en Venezuela... Es hora de escuchar al pueblo venezolano para recuperar la democracia y relanzar el proceso de transformación social", escribió Verónika Mendoza en su cuenta de Twitter. Recordemos que la excandidata presidencial nunca dejó de insistir en considerar al régimen del país 'llanero' solo como una 'democracia débil'.
Por su parte, Marisa Glave también reprobó la decisión del Tribunal Supremo de Venezuela, controlado por Nicolás Maduro, pero tampoco quiso definir como dictadura a su gobierno que mantiene en caos y hambruna a su población.
"No me dejo engañar por la derecha Venezolana, lo he dicho antes y lo repito ahora no es santa de mi devoción, han tenido y tiene prácticas polarizantes, incluso golpistas y no tienen como centro de su preocupación la democracia. Pero reconocer el carácter de esa derecha no puede impedir un pronunciamiento crítico frente a lo inaceptable en una democracia", escribió la congresista Marisa Glave en su cuenta de Facebook.
A su vez, Marco Arana consideró lo ocurrido en Venezuela como inaceptable, pero fue más allá en su particular condena y dijo que más que ser responsabilidad de Nicolás Maduro es más una intromisión de parte del Poder Judicial.