Por: Johnny Valle
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Si ves que todos corren, tú también corres. No te quedes. Aquí debes tener ojos hasta en la espalda. Porque si no te extorsionan, te roban. Atento, siempre. No hay tanto roche con los ‘tombos’, pero sí con los de fiscalización. Esos te levantan en peso y además de quitarte tu mercadería, te revientan a palos. Solo ten a la mano un par de muestras, lo demás déjalo en la maleta. Aquí tienes dos opciones: o te plantas y esperas o caminas y buscas. Ya depende de tu habilidad. Eso sí, como te dije, siempre despierto.
Manito, para que te ‘empiles’, escucha esta bullita de Los Shapis, es nuestro himno: ‘vendiendo zapatos, vendiendo comida, vendiendo casacas… mantengo mi hogar. Ambulante soy, proletario soy’.
Ahora sí, camina sin roche. Ahí, a esa tía, ofrécele la ropita. Dile que a 20 ‘lucas’ nomás. Si te pregunta qué tela es, le dices que micropolar. Abriga riquísimo. Si la ves interesada, la aprietas. ‘Llévate, mamita. Te lo dejo a 19 soles, para la hijita o para la nieta’. Pucha, se fue. Aquí, en la calle, tienes que ser avispado. Si te ahuevas otro te atrasa. Vamos, hay que continuar, aquí hay clientes para todos. Son las 9. Recién estamos empezando.
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A esta avenida (28 de Julio) yo vengo de lunes a sábado. La gente ya me manya. Saben que soy de la mancha. Tranquilo, no van a chocar contigo. Eso sí, andan medio palteados porque todos nos señalan, porque en la tele casi, casi nos tratan como a delincuentes. Pero te diré, aquí hay varios estudiantes, varios carpinteros, taxistas, soldadores, pintores, de todo hay aquí, ‘broder’.
Todos ellos han perdido sus trabajos, no tienen chamba en sus rubros. A ellos no les ha llegado ningún bono, tampoco canastas, ni nada, nadita. ¿Entonces qué? ¿Que se queden en sus casas a esperar que caiga un pan del cielo? ¿Que el gobierno siga anunciando planes, proyectos, programas que dizque nos beneficiarán? No, causa. Aquí todos tenemos familia.
¿Tú crees que nosotros queremos bajar a La Victoria a las 4 de la mañana para comprar al por mayor? ¿Tú crees que queremos caminar cuadras y cuadras durante todo el día para regresar a casa con 10 o 20 soles? ¿Tú crees que queremos contagiarnos con el virus y luego contagiar a la familia? ¿Tú crees que queremos arriesgar el pellejo por vacilón, simplemente? No, pues. Nosotros hacemos esto por necesidad, porque si hoy por la tarde no llevo plata a mi casa, mis hijitos no van a comer mañana. Así te la pinto para que me entiendas y para que entiendan todos los que van a leer el periódico.
A mí, por ejemplo, mis ahorros me duraron mes y medio. Mi señora es ama de casa, tengo dos hijitos de 3 y 4 años. Ellos dejaron el colegio porque no tenemos computadora para las clases. Yo tenía un trabajo formal, era mesero en una cebichería, sin contrato, pero me pagaban puntual. Con esa platita ‘paraba la olla’. De un momento a otro me dijeron chau.
A quién voy a reclamar, dónde voy a reclamar, si ni siquiera tenía un papel firmado. Caballero nomás saqué la vuelta. Tenía un guardadito, doscientas ‘luquitas’, a la firme. Era comer o invertir, y decidimos ajustar un día. Me vine a Gamarra y compré estas pijamitas. Compro, vendo y vuelvo a comprar para volver a vender. Las ganancias sirven para comer y nada más.
¿Pero acaso no crees que yo no sueño con un trabajo formal, que me brinde todos los beneficios? Sí, pero ahorita en dónde, ‘broder’, si no hay trabajo. Así como yo, todas esas personas que ves aquí pasan por lo mismo. Y la gente dice que somos unos forajidos, que somos irresponsables, que nos creemos pendejos por ocupar las calles.
Los de la muni vienen y si nos agarran mal parados se llevan nuestras mercaderías. Entonces, toda la inversión, lo poquito que tenemos, el guardadito que pensábamos hacer crecer, desaparece, al agua. Qué le digo a mis hijos, cómo los alimento, cómo compro agua o pago la luz.
A mí no me ha pasado, felizmente. Pero el otro día se levantaron toda la ropa de una ‘señito’ de Comas. Había invertido sus últimas monedas en chompas polares y los de la muni la dejaron sin nada. Se puso a llorar en la esquina. Hubieras visto cómo lloraba, causa. Imaginé a mi viejita y casi me pongo a llorar con ella. Algunos le colaboramos. Ya no la volví a ver.
Vamos, el día recién empieza. Sigamos caminando.
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Ya, a ese tío. Ofrécele, ofrécele. ¿Qué fue? ¿Nada? Pucha, creo que no naciste para comerciante, mejor te quedas como periodista, ja, ja, ja. Aquí importa bastante la labia, si no te para bola, le trabajas el bobo, les pides que te compre un conjuntito para que tus hijos puedan comer, eso le tienes que decir. Ya pues, chino, tenemos que vender. ¡Pilas, pilas! Mejor vamos para Manco Cápac. Allí también hay movimiento y menos control. Ah, y para la próxima ven menos fachoso, ponte tu ropa más misia, pero siempre limpiecito.
Ahí, ahí, muéstrale la ropita.
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Camina un poquito más rápido. Ahí viene la policía. No, ellos no te quitan la merca, pero tienes que circular, avanzar una cuadra. Luego podemos regresar, pero mejor nos movemos para Manco Cápac. Avanza rápido, chino.
¿Qué pasa, mami? Tranquila, ellos son periodistas de Trome. Están viendo cómo chambeamos los ambulantes, no son atorrantes. Tranquila, mamita. Yo te entiendo porque también soy ambulante. Tranquila, mami. No pasa nada, ya nos vamos. Es que en la tele siempre nos atacan, nos tratan como delincuentes. Sale uno a pedir que nos desalojen, sale otro a decir que somos de la mafia. Y la verdad es que sí hay mafia, sí cobran cupos, sobre todo los que están a inmediaciones de Gamarra. Por aquí ya no joden. Aquí uno chapa su espacio, tiende su plástico y ofrece su producto. Trabajas tranquilito, haces la chacota con la gente y lateas si no hay venta. Camina rápido.
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Mira, esta es mi ruta: 28 de Julio con Parinacochas desde las 8 de la mañana al mediodía. Luego bajo a 28 de Julio con Manco Cápac. Ahí me quedo hasta las 6 o 7, dependiendo de cómo estuvo el día. A veces termino temprano y, a veces, como hoy, no hay ni mierda. Pero yo te tengo fe, ja, ja, ja. Hay que cuadrarnos aquí, manito, a esperar que la clientela llegue.
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¿Tienes hambre? No seas ‘paloma’, ja, ja, ja. Por aquí venden higadito, huevitos de codorniz, papita con huevo. No sé, tú decides. Yo, la verdad, me aguanto el hambre. Ya sabes, hay que cuidar el bolsillo y la vida, ja, ja, ja. Esa, la de ‘Chacalón’, es la firme. Aquí varios son provincianos y ‘chamos’… arrancamos a las cuatro o cinco de la mañana para trabajar honradamente, arriesgando el pellejo. “ay, ay, ay, ay, a trabajar”.
Te digo la firme, yo pienso que esta situación tiene para rato. Así que ya me hice la idea de que tendré que seguir en la calle hasta el otro año. Al inicio sí, me daba un poco de roche, me palteaba, pero primero es el bienestar de la familia, ¿No? ¿Tú tienes hijos? Ya, pues. Dime, ¿Por ellos no serías capaz de cualquier cosa? Esta es una chamba honrada. No robamos. No mendigamos. Ya en algún momento todos, absolutamente todos, manito, tendremos las mismas oportunidades.
Mira, recién son las 12, no hemos vendido ni mierda.
Canción de Los Shapis
Mi bandera son los colores
Y es el sello arcoíris para el Perú y América.
Cuidado que viene el municipal y te quita tu merca.
Ayayayay, qué triste es vivir
Ayayayay, qué triste es soñar
Ambulante soy, proletario soy
Ambulante soy, proletario soy
Vendiendo zapatos, vendiendo comida, vendiendo casacas mantengo mi hogar.
Ambulante soy, proletario soy
Ambulante soy, proletario soy
Ayayayay, qué triste es vivir
Ayayayay, qué triste es soñar
Ambulante soy, proletario soy
Ambulante soy, proletario soy
Vendiendo zapatos, vendiendo comida, vendiendo casacas mantengo mi hogar.
Ambulante soy, proletario soy
Ambulante soy, proletario soy
Ambulante soy, proletario soy
Ambulante soy, proletario soy