Por Miguel Ramírez / Periodista de investigación
Un día como hoy, hace 25 años, el 12 de setiembre de 1992 fue capturado Abimael Guzmán, el líder terrorista de Sendero Luminoso, causante de la muerte de miles de peruanos. La semana pasada, los policías del Grupo Especial de Inteligencia (GEIN) que lo capturaron, fueron declarados ‘Héroes de la democracia’ por el Congreso y el Ejecutivo.
Se trata de un merecido reconocimiento. Para muchos, sin embargo, es incompleto, pues no se tomaron en cuenta a otros valiosos policías artífices de esa detención, como el general Antonio Ketín Vidal.
Lo sorprendente es que la condecoración fue impulsada, y luego publicitada casi como propaganda política, por la bancada fujimorista de Fuerza Popular. Lo que no recuerdan esos partidarios es que –en diciembre de 1990- su líder histórico, el expresidente Alberto Fujimori, y su asesor Vladimiro Montesinos impidieron la captura de Guzmán en una casa de Chacarilla, donde estaba escondido.
El destape periodístico lo hizo Gustavo Gorriti en enero del 2008 en la revista ‘Caretas’, pero pocos lo rememoran y muchos jóvenes ni lo saben.
Gorriti cuenta que en los primeros días de diciembre de 1990, los mandos operativos del GEIN planearon intervenir el inmueble. Tenían indicios sólidos de que allí se escondía Abimael Guzmán y su cúpula terrorista.
Los trabajos de campo estaban al mando de los mayores Benedicto Jiménez y el hoy congresista Marco Miyashiro. Ellos reportaban a sus superiores, los comandantes Luis Felipe Elías, Clodomiro Díaz Marín y Félix Murazzo, y estos coordinaban con el general Enrique Oblitas, jefe de la Dircote.
Todo estaba listo para dar el golpe el 4 de diciembre. De repente, Oblitas recibió una llamada telefónica del general Pablo Rivera Portal, allegado a Vladimiro Montesinos. Le dijo que ‘por una orden presidencial’ suspendiera la operación que planeaba realizar.
‘Mientras yo sea el director, aquí mando yo’, respondió Oblitas.
Los preparativos continuaron, pero esa misma tarde Oblitas fue cambiado a otra unidad. Dos meses después, lo mismo ocurrió con los comandantes Elías, Díaz Marín y Murazzo.
Lo más abominable es que ¡los propios senderistas fueron avisados del allanamiento que realizaría la policía! El año 2007, el terrorista Óscar Ramírez Durand, ‘Feliciano’, contó en su libro ‘El megajuicio de Sendero’, que ‘alguien’ deslizó una carta por debajo de la puerta y los alertó de la operación.
“En ese momento, aparte de Guzmán y Elena Iparraguirre, nos encontrábamos María Pantoja, Yovanka Pardavé, Tito Valle, Angélica Pantoja y yo”, narró.
Cuando el 2008 salió la denuncia, el comandante Díaz Marín declaró: “Fue una traición a la patria. La captura de Guzmán echaba por tierra los proyectos totalitaristas de Montesinos y Fujimori. El golpe hubiese sido mortal para Sendero, porque en esa casa se escondían sus principales líderes históricos. La guerra se habría acabado”.
Esa es la pura y cruda verdad. Nos vemos el otro martes.
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