Por: Miguel Ramírez

“No se descarta que existan activos de (Alberto) Fujimori guardados por él usando la fachada de una gran compañía o de un banco experto en el manejo de fondos mal habidos. (…) La información conseguida alerta que Fujimori no solo goza del amparo y asesoría criminal y financiera para protegerse, sino también que estaría actualmente participando y beneficiándose de actividades que aparentan encubrir ilícitos”, dice una parte del resumen que la conocida empresa Kroll preparó para el gobierno peruano, el año 2003, sobre los supuestos negocios financieros realizados por el expresidente , luego de los diez años de su gobierno marcados por casos de corrupción.

El documento -producto de una pesquisa de medio año en varios países- consignó pistas, nombres de posibles testaferros, bancos y empresas, a través de las cuales Alberto Fujimori y sus hijos, probablemente, encubrieron dinero doloso. Kroll recomendó a las autoridades profundizar las investigaciones, pero su informe fue encarpetado, pasó al olvido y hasta se dio por perdido.

El que nunca se quedó con los brazos cruzados, y siempre persigue los rastros financieros de la familia Fujimori, es el incansable y reconocido periodista de investigación, Edmundo Cruz.

La semana pasada, Cruz y los periodistas Óscar Castilla y Jorge Weston, del portal Ojo Público, revelaron que entre el 2009 y el 2014 los hijos de Alberto Fujimori –el congresista Kenji, Hiro y Sachi Fujimori Higuchi- crearon ¡21 empresas!, que hoy son investigadas por el fiscal Eduardo Cueva Poma.

Se trata de una verdadera primicia, pues la información y los nombres de la mayoría de las compañías creadas no se conocían. Por cierto, Kenji Fujimori -quien encandila a muchos con sus mensajes en su cuenta de Twitter- no ha dicho nada. Se ha quedado mudo.

La investigación fiscal se ha centrado en la empresa Logística Integral Marítima Andina (Limasa), la primera creada en julio del 2009, en donde Kenji y Hiro son máximos accionistas. Todas las compañías, mismo carrusel, se prestaron y compraron deudas. Al final, se terminaron asociando con Sankyo, la poderosa transnacional japonesa líder en el transporte marítimo y aduanero.

Según la hipótesis del fiscal Cueva, el dinero ilícito de la corrupción de los años noventa sería el ‘delito fuente’ (el origen) del emprendimiento empresarial de los hermanos Fujimori.

La empresa Limasa (hoy llamada IGL) del congresista Kenji Fujimori mueve ‘plata como cancha’: en solo un año (2014-2015) facturó entre 8 y 9 millones de dólares. Se encuentra en el puesto 4 mil, entre las 10 mil compañías top que facturan en el país. Toda una hazaña.

El fiscal Cueva debe tener el respaldo de todos, empezando por el fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, tan solícito para apoyar a los fiscales del caso Odebrecht, a quienes parece que . Nos vemos el otro martes.

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