Tal como lo habían anunciado, los deudos de las matanzas de La Cantuta y Barrios Altos, acontecidas durante el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), llegaron hasta el Palacio de Justicia en el marco de la marcha convocada en contra del indulto humanitario al encarcelado expresidente.
Una de las primeras en tomar la palabras frente al mar de gente apostada en esta zona del Cercado de Lima fue Rosa Rojas, madre de Javier Ríos Rojas, el niño de 8 años asesinado por el Grupo Colina aquel nefasto día.
“Año tras año hemos venido luchando, pidiendo justicia por la vida de nuestros hijos y sobre todo, por la dignidad del nombre de ellos porque no es justo que habiendo sido cruelmente asesinados, los estén tildando de terroristas. Eso es indignante, señores”, dijo.
“A nosotras y a todas las madres que estamos en esta lucha, nos duele que los tilden de terroristas. Ya son 26 años que estoy luchando por la dignidad, el nombre y la vida de mi amado hijo que tuvo ocho años y no tuvo nada que ver para que lo hayan asesinado de esa manera”, añadió Rosa Rojas.
“No es fácil olvidar a un hijo. Mi hijo tenía ocho años cuando le metieron ocho balas en su cuerpo, una bala por cada año y eso no puede ser”, precisó Rosa Rojas, que dijo que era injusto que Pedro Pablo Kuczynski (PPK) sea “inhumano” y pisotee la justicia por la que tantos años lucharon para que Alberto Fujimori “esté preso”.
“Este indulto es comprado y no debe proceder”, finalizó la madre del niño asesinado en la matanza de Barrios Altos, cuyas palabras provocaron una ola de aplausos y arengas de los manifestantes al ritmo de “¡Revocar, revocar este indulto ilegal!” y “¡El pueblo exige nuevas elecciones!”.
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