Los cuerpos de los bomberos Alonso Salas, Eduardo Jiménez y Raúl Sánchez, que murieron calcinados cuando trataban de apagar las llamas, durante un incendio en una zapatería de El Agustino serán llevados a su amada compañía Roma N°2, ubicada a un costado del Congreso de la República.
A estas horas de la tarde, los cuerpos se encuentran todavía en la Morgue de Lima, de donde serán retirados por sus familiares. En el lugar, se mantiene absoluta reserva.
Este duro golpe ha remecido a todo el Cuerpo General de Bomberos Voluntarios del Perú. A través de las redes sociales, miles de usuarios piden que este suceso no quede en el olvido y que esto sirva para que el Estado y la sociedad, en general, se comprometa a ayudar a los bomberos y atender sus necesidades; ya sea en el servicio como en su vida particular.
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