En el barrio de Surquillo, entre restaurantes, talleres automotrices y alguna bodega, se levanta ‘Magia’, un albergue que cuida, protege y apoya el tratamiento a niños con cáncer que llegan a la capital buscando una solución a su problema. Las voluntarias solo anhelan que los habitantes del lugar toquen esa bendita campana y anuncien que van en el camino correcto para recuperar la salud.
Christian Ames Ames, gerente de esta institución. nos anuncia la gran colecta para apoyar estas criaturas y aprovecha para narrarnos como se vive día a día en el hogar de la esperanza.
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Christian, ¿A cuánto asciende el objetivo?
Nuestra meta es recolectar un millón.
¿Hablas de moneda nacional?
Sí y será a nivel de todo el país. Debería ser fácil de alcanzar, porque solo en Lima somos 10 millones de habitantes, pero no todos aportan.
¿Cómo se van a recibir las donaciones?
Tenemos carpas físicas en los principales centros comerciales de la capital, también el botón de Yape y por nuestra página web. Todo ayuda para traer más niños de provincia al albergue.
Cuéntame de esta experiencia de gerenciar una institución de este tipo
Antes trabajaba en una institución corporativa y había que conseguir ingresos. Acá se trata de ayudar a salvar vidas.
¿Cuál es el momento más feliz?
Cuando un niño toca la campana.
Narra es ritual y lo que significa
Es el momento que anuncia que el pequeño ha superado la enfermedad, que llegó su esperanza de vivir muchos años y entra a la etapa de los controles.
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¿Cómo llegar hasta ustedes?
Algunos nos escriben, pero siempre les decimos que en el hospital donde se están tratando, hablen con la asistenta social y es ella quien nos envía el caso.
¿Cómo es el apoyo?
Pagamos los pasajes, la estadía y cubrimos sus necesidades.
¿Cómo es una habitación en el albergue?
Para el niño y un familiar que normalmente es el padre o la madre. Con su servicio higiénico personal.
¿Los consideras como tu otra familia?
Es difícil no encariñarse con ellos.
¿Cómo te llaman?
Tío, algunos hasta abuelito, por mis canas, ja, ja.
Es un tratamiento largo
Y somos conscientes de ello. La mamá o el papá se aleja de casa del hogar y si tiene otros hijos, también de ellos. Tratamos de apoyarlos dictando talleres de cocina, costura.
¿Qué situaciones singulares han vivido?
Nos ha tocado que la mamá es sordomuda o quechua hablante y son los pequeños quienes se ponen en medio para que la comunicación sea fluida.
¿Han regresado algunos que han sido pacientes de la casa?
Claro y les dan un mensaje de esperanza a los chicos. Les explican que si se puede vencer a la enfermedad.
¿Dime una conclusión?
Hay más felicidad en dar que en recibir.
Adelante, que el país te sorprenda y haga los mismo con nosotros
Desde hoy, 23 de mayo y hasta este domingo 26, esperamos el aporte de nuestros compatriotas, para poder ayudar a más niños con esta enfermedad. Si desea contribuir también pueden hacerlo a través de la página web de Magia www.lamagiacuraelcancer.com o mediante Yape al número 946 493 104. Su ayuda puede marcar la diferencia en la vida de un niño con cáncer.