La eliminación de largas colas, un tiempo de espera promedio de cinco días para una cita médica y la rápida programación de una cirugía, son algunos de los principales logros que hoy pueden apreciarse en los hospitales Alberto Barton (Callao) y Guillermo Kaelin (Lima), que surgieron bajo la modalidad de las Asociaciones Público Privadas (APP).

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“En un lenguaje más sencillo es aprovechar la experiencia y eficacia de la gestión privada para mejorar la calidad de atención en los centros hospitalarios a favor de la población”, así lo explicó Abel Salinas Rivas, médico pediatra y ex ministro de Salud.

Doctor Abel, ¿cómo decirle a la población que estas APP son buenas, sobre todo ahora que hay tanta desconfianza y corrupción?

Es cierto, todos los peruanos vivimos en un ambiente de no transparencia y, por qué no decirlo, de corrupción. Esto hace que el usuario se pregunte qué van a hacer con el dinero si hay una concesión, por eso hay que tener las reglas claras desde el inicio. Siempre se piensa que se trata de una privatización de la salud, pero no es así, solo es aprovechar la experiencia que tiene la gestión privada para beneficiar a los usuarios finales, en este caso los pacientes.

BUENAS EXPERIENCIAS

En nuestro país ya tenemos experiencias con este sistema de trabajo.

Hay dos ejemplos con EsSalud: Alberto Barton (Callao) y Guillermo Kaelin (Lima), y uno con el Ministerio de Salud (Minsa): el Instituto Nacional de Salud del Niño de San Borja. En estas alianzas el recurso humano está solventado con el tesoro público; sin embargo, todo el soporte y mantenimiento de equipos lo hace un privado.

Un ejemplo más claro sería…

El Hospital del Niño de Breña se maneja con gestores públicos, si allí se quema el foco de un tomógrafo podría pasar inoperativo hasta cuatro meses. Y el paciente tendrá que ir a otro centro particular. Esto implica mayor gasto. Si lo mismo ocurre en el Instituto del Niño de San Borja, ese foco sería repuesto inmediatamente porque si no, no se podría cumplir con las metas que tienen cada mes y no podrían cobrar. ¿Quién se beneficia de todo eso? Los pacientes.

¿Eso también pasa con los medicamentos?

Claro, pueden visitar los almacenes de los hospitales y verán que hay gran cantidad de medicamentos almacenados, algunos vencidos, en condiciones no adecuadas; o hay otros en sobrestock y, en algunos casos, ni siquiera hay. Entonces, ¿qué pasó ahí?

La idea es que se beneficie al paciente...

Exacto, por eso el Estado tiene que ser capaz de demostrar los beneficios de una alianza público privada, la experiencia del gestor eficiente para tranquilizar y crear un clima adecuado que baje el riesgo, y los servicios sean de calidad y más económicos.

MECANISMOS DE CONTROL

¿Cómo saber si estas alianzas público privadas están funcionando? Salinas señala que existen indicadores que se pueden mencionar.

♦Que el paciente reciba las citas médicas y atenciones en un plazo mínimo, a lo mucho esperar cinco días y no 45 días como se acostumbra en estos tiempos.

♦Que no haya largas colas para sacar cita y que se programen con más rapidez las cirugías.

♦Que las atenciones en emergencias sean de acuerdo a la prioridad del paciente y que haya en stock los medicamentos recetados.

OTRAS OPCIONES

Para Salinas, cuando la capacidad de inversión pública es deficiente debemos ver otras opciones. “Los presupuestos de mantenimiento son muy bajos, cuántos hospitales tenemos que no funcionan, que tienen camas que no se pueden ocupar o equipos almacenados o inoperativos. Debemos buscar alianzas con el privado que sepa gestionar y nosotros los controlemos con normas claras. El Estado debe ser transparente y dar garantías al ciudadano de que aquí no hay corrupción”, indica.

SABÍAS QUE...

En Perú hay cinco proyectos APP en salud desarrollados en los últimos 15 años, que han contribuido a mejorar el acceso a los servicios, con eficiencia y calidad en la atención a los pacientes.

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