Un joven que trabajaba en como ingeniero sénior de software, y que ganaba 450 mil dólares al año, dejó su empleo para empezar su propio emprendimiento. “Todos pensaron que estaba loco”, dijo Michael Lin, quien explicó los motivos que lo llevaron a tomar esta importante decisión.

Según explicó el joven, mediante un artículo publicado en , sus padres fueron los primeros en oponerse a su decisión, pues creyeron que renunciar a su trabajo suponía “tirar por la borda el duro trabajo que les supuso emigrar a Estados Unidos”.

Asimismo, su mentor le advirtió que no debía irse sin antes encontrar otro empleo; sin embargo, Lin decidió dejar la empresa apenas pudo.

El ingeniero señala que, si bien en un inicio se sintió muy cómodo trabajando en Netflix, ese gusto fue desapareciendo con el pasar del tiempo. “En los dos años siguientes a mi entrada, el brillo empezó a desaparecer. Los proyectos y las reuniones se mezclaban entre sí y, al cabo de un tiempo, parecían pequeñas variaciones unas de otras”, escribió. “El trabajo de ingeniería empezó a parecer un mero y monótono ‘copiar y pegar’”.

La llegada de la pandemia complicó aún más las cosas, pues con el cierre de las oficinas en marzo de 2020, la mejor parte del trabajo, que era la socialización, los compañeros de trabajo, y demás ventajas, comenzaron a desaparecer.

A lo anterior, se sumó la imposibilidad de realizar cambios de rol horizontales en la empresa, lo que le generaba frustración.

Tras ello, su incomodidad empezó a ser notoria, por lo que recibió un llamado de atención de su jefe. “Me dijo que tenía que participar más en la migración de ingeniería del equipo y ser más comunicativo. En sus palabras, tenía que mejorar en estas áreas ‘si quería seguir en el equipo’”, recuerda Lin. El trato comenzó a ser menos amable de lo que fue en un principio.

La pandemia no solo hizo menos atractivo su empleo, ya que, según el ingeniero, la muerte de tantas personas le hizo ver la vida de otra manera.

“No podía quitarme de la cabeza que muchas personas habían perdido la vida durante la pandemia”, escribió. “Estaba posponiendo mis sueños de convertirme en emprendedor y el covid-19 era un recordatorio constante de que podría no estar aquí mañana para perseguirlos en un mejor trabajo”. Fue así como, finalmente, renunció.

Ya estando como independiente, Lin creyó que no iba a tener más vida social, ya que todo giraba en torno a lo laboral, pero ocurrió lo contrario. “He conocido a más gente gracias a la creación de mi propio trabajo como emprendedor: otros empresarios de mi tipo, escritores y creadores. Ahora siento una profunda calma en mi interior, una creencia inquebrantable de que todo irá bien, aunque el éxito en el futuro no esté garantizado”, añadió.

Desde que dejó Netflix para iniciar su propia empresa, el joven asegura no arrepentirse de su decisión, a pesar de que aún no genere ingresos estables. “Voy a confiar en el proceso de que si hago un trabajo que me da energía, pasarán cosas buenas”, dice Lin, bastante confiado en que, con el tiempo, encontrará esa satisfacción laboral que tanto anhela.


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