Los regidos bajo el signo del Caballo son autosuficientes, llenos de energía y muy aventureros, pues les encanta viajar y conocer nuevas personas. Se caracterizan por ser prácticos y porque pueden hacer varias cosas a la vez, aunque pueden dejar varias cosas inconclusas. Son impacientes y si no consiguen lo que quieren pueden perder el control. En varias oportunidades, pueden considerarse superiores a otros.