ESPACIO CON PUNCHE BODEGUERO

Diana Páucar (39) trabaja de sol a sol en su bodega “Bamel”, ubicada en el pueblo joven Cruz de la Esperanza, en Chiclayo (Lambayeque). Es algo que le gusta y también que necesita: con su negocio mantiene a sus padres ancianos y apoya a sus dos hermanos para que terminen la universidad. Ella no para: se levanta de madrugada para ir al mercado mayorista de Moshoqueque y abastecer su tienda. Al llegar, su jornada continúa y atiende hasta las 11 de la noche.

El problema viene apenas el cielo oscurece. Diana asegura bien las rejas de su bodeguita y despacha a sus vecinos sin bajar la guardia, porque los robos en mototaxis, autos y motos lineales se han convertido en cosa de todos los días. Tanto así que sus caseros no pueden ni sacar el celular para pagar una gaseosa por aplicación. “Mi tienda está en una avenida muy movida, la gente viene con miedo: nadie quiere poner su vida en riesgo”, narra.

Diana es líder de la célula de Lambayeque de la Asociación Gremial de Mujeres Bodegueras del Perú (Agremub).
Diana es líder de la célula de Lambayeque de la Asociación Gremial de Mujeres Bodegueras del Perú (Agremub).

Y no solo son robos: los pequeños comerciantes también sufren extorsiones. “Mi bodega está en constante peligro por la inseguridad. Los vecinos hemos llevado nuestra queja a la municipalidad, pero no nos mandan ni un sereno”, cuenta Diana con mucho pesar.

No es para menos: la inseguridad le quita ventas en momentos cuando más ingresos necesita a través de su bodeguita, ya que la pandemia golpeó duro su negocio y ahora se suma la actual situación económica. Esta mujer luchadora afirma: “El peligro que se vive en mi barrio perjudica mi negocio y hace que mis clientes no quieran comprar tan tarde. Estamos totalmente abandonados”.

Más de 1.600 robos se han registrado en la región Lambayeque en el primer trimestre del 2023.


NO SE DA POR VENCIDA

Por encima de las dificultades, Diana continúa esforzándose para cumplir sus metas y las de su familia. “Mi objetivo es que mis hermanos culminen sus carreras satisfactoriamente. Luego seguiré luchando para comprarme una casita y conseguir un sustento para el futuro”.

De hecho, con el deseo de mejorar su negocio y alcanzar más oportunidades, Diana se sumó a la Asociación Gremial de Mujeres Bodegueras del Perú (Agremub). Esta red de apoyo —comenta— le ha enseñado a digitalizar su tienda, trabajar de la mano de los proveedores, poner en práctica estrategias de venta y conocer el camino hacia la formalización. Hoy es líder de la célula de Lambayeque de Agremub.

Este gremio también trabaja para formar un diálogo con el Gobierno y brindarles propuestas que impulsen el desarrollo de las bodegueras. Por eso, plantea la creación del programa “Con Punche Bodeguero”, para repotenciar sus negocios y darles una mano en la situación crítica que viven a nivel de seguridad y economía.

¡Tú también súmate a #ConPuncheBodeguero! Peruanas de todas las regiones necesitan de tu apoyo. Sigue la campaña en o .

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