Mi amigo, el fotógrafo Gary, llegó al restaurante por un tacu tacu de pallares con un lomo suavecito de res encima y un emoliente calientito. “María, la política de ‘tolerancia cero’ de Donald Trump, que busca impedir el ingreso de ilegales a Estados Unidos, ha provocado un tremendo escándalo mundial por las imágenes de numerosos niños separados de sus padres, tras ser capturados en la frontera. De forma inhumana, como si se tratara de animales, los arrancan de las manos de sus padres, mientras los pequeños, de dos, tres, cuatro o cinco años, lloran y gritan aterrados, sin saber lo que ocurre ni a dónde los llevan. Los especialistas afirman que situaciones tan crueles como estas, que han estado sucediendo incontables veces, provocan traumas en esos pequeños que les durarán toda la vida. Para colmo, se teme que muchos jamás vuelvan a ver a sus padres nuevamente. Luego, internan a los niños en frías jaulas de alambres que evocan aquellos campos de concentración nazis. Allí los tienen en durísimas condiciones, solos, con miedo. Un trabajador estadounidense de una casa de acogida para chicos renunció cuando ya no pudo soportar ver tanto dolor.
Cuenta que se quebró en el momento que su jefa le ordenó que impida que se sigan abrazando cuatro aterrados hermanitos brasileños, que no se soltaban para que no los separen y lleven a cada uno a distintos lugares. ‘En ese lugar yo trataba de aliviar el dolor de alguna manera, pero en ese punto comprendí que ese era mi límite, que ya no podía soportar más y tuve que irme’, contó a punto de llorar. Donald Trump había asegurado, hasta el último martes, que seguiría con esa política bestial e inhumana porque su obligación era defender a Estados Unidos de la invasión de indocumentados. Trump es un sujeto que se conmueve con muy pocas cosas, y el sufrimiento de los más débiles e indefensos, como un niño de cuatro años, no parece ser una de ellas. Pero el miércoles firmó un documento con el que ordenó ya no separar a padres e hijos, aunque sí continuarán las detenciones. No lo hizo conmovido por tanto dolor del prójimo, sino por una cuestión meramente política, pues las críticas le han llegado desde todas partes del mundo, de líderes políticos, religiosos y artistas. En su partido, el Republicano, temen que esto los afecte seriamente de cara a las próximas elecciones presidenciales. Solo por eso dio ‘marcha atrás’, aunque sigue con su ‘tolerancia cero’, pues los ilegales capturados son encarcelados a la espera de un juicio, como si fueran asesinos o violadores. Trump es uno de los presidentes gringos más peligrosos, pues incluso retiró a su país del Acuerdo de París sobre cambio climático y, lamentablemente, tiene el apoyo de buena parte de los estadounidenses, especialmente de los ricos”. Gary tiene razón. Me voy, cuídense.