Este Búho va a aprovechar el acontecimiento mundial del estreno de (‘Juego de Tronos’) para reflexionar sobre el poder y la importancia de la televisión en épocas en las que nuestros hijos andan como autómatas con el Smartphone. Por ejemplo, los pocos días que puedo compartir con mi hija, como el último viernes, me soplé la serie de Disney Channel ‘Soy Luna’, producida por el exitoso argentino Adrián Suar, exesposo de Valeria Mazza. Esa serie me llevó a un mundo completamente nuevo, sobre todo para alguien que, como muchos, ha sido testigo de los tremendos cambios generacionales.

Se trata de la típica historia juvenil, ambientada en estos tiempos y con actores mexicanos, chilenos, argentinos e incluso españoles. Pero algo me llamó fuertemente la atención: Qué manera la de la juventud para utilizar los Smartphones. Es como si fuera un dedo más para ellos. Hasta filman y producen sus videos. Y todos están enamorados, extasiados con el personaje de ‘Felicity’. Ella es una chica de lentes, que piensa que es fea y que es la creadora de un blog, aunque hay otras que se irrogan la autoría de este. Me conmovió cuando mi hijita me dijo: ‘Papá, tú eres como ‘Felicity’, nadie sabe quién escribe tu columna’. Bueno, gracias a las maravillas del cable y los ‘televisores inteligentes’ pude ver toda la tarde la tal ‘Soy Luna’. Hasta que dije ‘stop’.

Son las diez y en HBO va a empezar una nueva temporada de ¡*‘Game of Thrones’*! A mis lectores les digo que no hay ni habrá una serie tan espectacular como esta. Está ambientada, supuestamente, en la Inglaterra de la época del Rey Arturo. Y sucede que en ‘Kings Landing’, ‘Invernalia’ y ‘Meereen’ debe haber un solo monarca, tal como lo estipula la ley de los siete reinos. El último monarca por linaje, el llamado ‘Rey Loco’, estaba tan demente que intentó hacer la de ‘Nerón’ y quemar toda la ciudad.

Sin embargo, su escudero, Jaime Lannister, lo asesinó por la espalda. No hay nada más traumático para un hombre que matar al rey. Pero gracias a eso, Robert Baratheon, un valeroso señor, tomó el reino. Para muchos era un usurpador, pero unificó la corona. Así empezó ‘Game of Thrones’. Luego, el rey se da cuenta de que su esposa y su padre complotan contra él. Es tan iluso al no darse cuenta de que todos los hijos rubios que procrea con Cersei, la Reina, no son suyos, sino del hermano de su esposa, quien mantiene una relación incestuosa.

Cuando alguien le va a ir con el cuento al Rey, lo asesinan. Lo más resaltante de la serie son sus ambientaciones. Por algo es la más cara de las producciones televisivas en la historia. Filman en Belfast, Irlanda; en Sevilla, España; en Malta y en Croacia. En esta nueva temporada, todos esperan saber si el héroe, Jon Snow, va a sobrevivir a un atentado en el que le propinaron veinte cuchilladas. Hay escenas que golpean la susceptibilidad de los televidentes. Como la hija del Rey Stannis, quien está poseído por ‘La Mujer de Rojo’, la bruja que lo ayudó a matar a su hermano en la pugna por el poder. Además, su hija tiene una enfermedad que hizo que la mitad de su rostro tenga verrugas.

La bruja, quien deleita a los telespectadores con sus desnudos, le ordenó al ‘Señor del Fuego’ que le dé el máximo sacrificio. En un capítulo en el que este columnista derramó unas lágrimas porque los hombres también lloran sacrificaron a la primogénita de Stannis quemándola viva. Creo que es la imagen más bestial y dolorosa en la historia de la televisión. Pero ese exceso no desmerece ni hunde una serie de culto. La bruja, en este nuevo capítulo de cincuenta minutos, nos muestra su verdadera faz, al desvelarse como un ser horripilante detrás de ese cuerpo hermoso y voluptuoso. Por otro lado, hay una reina, rubia, hija del ‘Rey Loco’, que reclama la corona. Ella tiene un ejército y tres dragones.

Las bestias vuelan, achicharran comarcas y niños. La sangre y la brutalidad van de la mano en esta increíble producción. Imagínense que uno de los héroes es un enano putañero, borracho y que asesinó a su propio padre, Tyrion Lannister (Peter Dinklage). No obstante, no todo es realismo. También hay fantasía. Los caminantes blancos, ‘zombis’ de la Edad Media, son el gran peligro que se cierne sobre los siete reinos. Mientras pelean guerras absurdas, el peligro real, mortal, está en el norte, y los únicos que pueden salvarlos son los ‘Guerreros de la Muralla’, un pelotón compuesto por asesinos, ladrones y bastardos que, en lugar de morir, han preferido custodiar la muralla que los divide de los ‘salvajes’ y de los ‘caminantes blancos’. Definitivamente, hay fantasía. Apago el televisor.

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