Elecciones 2016: Debate presidencial estuvo caliente

Este Búho asistió anoche al debate de los candidatos a la Presidencia y no se sorprendió por los pullazos envenenados. Sobre todo de Fernando ‘Popy’ Olivera a Alan García, a quien le recordó la masacre de los penales, el ‘Baguazo’ y muchos otros casos. El líder aprista sonreía, se ponía serio, miraba al cielo, hacía hígado y felizmente que su enemigo no estaba cerca porque ganas de meterle un patadón no le faltaban.

Pero a menos de una semana de las Elecciones 2016, nada está dicho, salvo algunas excepciones. Una de ellas parece ser que Keiko Fujimori está fija en la segunda vuelta. Su sueño y el de sus seguidores, de ganar la Presidencia en primera vuelta, no se haría realidad. En segunda vuelta, el partido es otro y comienza cero a cero. ¿Quién la acompañará? Esa es la pregunta del millón.

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En ese sentido, el debate de anoche podría inclinar la balanza. En la última semana, las encuestadoras prácticamente mostraron un empate técnico en el segundo lugar entre Pedro Pablo Kuczynski y Verónika Mendoza. Sin embargo, Alfredo Barnechea aún puede volver a trepar. En quinta ubicación aparece Alan García.

Ayer fue el último día que se podían publicar encuestas que dicho sea de paso se seguirán haciendo, por lo que el gran público ya no podrá saber cómo van los candidatos, salvo las redes sociales. A mucha gente intriga la remontada de Verónika Mendoza en las últimas semanas. ¿Qué pasó para que crezca y Alfredo Barnechea se estanque? Tal vez las acusaciones que viene recibiendo sobre su participación en el caso de las agendas de Nadine la victimizaron ante un grupo del electorado.

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Además, está el hecho de que la calle hace tiempo reclama un cambio en la manera de llevar al país y, al no haber mayores diferencias en las propuestas de los demás candidatos, optan por alguien como Verónika Mendoza cuyo discurso es diferente, aunque más radical y asuste a muchos. Ella, por ejemplo, propone derogar la Constitución del 93 y un Estado más intervencionista.

Por su parte, Alfredo Barnechea tuvo una serie de metidas de pata que, en apariencia, no tendrían importancia. Pero rechazar un sombrero que alguien le pone en la cabeza, apartar a una anciana que le quiere regalar un poncho, no aceptar un chicharrón que una comerciante le invita en un mercado, o negarle el saludo a una dama, son actitudes que en el Perú pueden tirarse abajo una candidatura. A los peruanos no le gustan las personas que les parecen soberbias o ‘sobradas’, ni malcriadas, y por eso en el debate de anoche el candidato de Acción Popular ofreció disculpas.

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En el Perú no se vota con la cabeza, sino con el corazón y el estómago. Pero el debate de anoche me recordó al primero que se realizó en nuestro país por la presidencia de la República. Fue entre el famoso escritor Mario Vargas Llosa y el ignoto Alberto Fujimori. Ocurrió la noche del 3 de junio de 1990, en el Centro Cívico. Ambos habían pasado a la segunda vuelta, la expectativa era tremenda y, como hoy, faltaba solo una semana para que los electores acudan a las urnas. Fujimori se refería a su contrincante como ‘el señor Vargas’, obviando su segundo apellido.

Estaba tenso, leía todo lo que decía y se dedicó a atacar al escritor. Afirmaba que no representaba a los pobres, mientras que él se presentaba como alguien que había vivido sin lujos y con esfuerzo había conseguido logros. Vargas Llosa se mostraba seguro en sus intervenciones, pero parecía lo que es, un intelectual, algo que no le favoreció a los ojos del pueblo.

Al día siguiente, los medios dieron al escritor como ganador del debate, porque presentó propuestas e ideas, pero las elecciones las ganó el ‘Chino’, quien solo cuatro meses antes apenas figuraba en las encuestas con un casi inexistente 2%. ¡Era un ‘pitufo’! Pero en el debate había prevalecido su estrategia de ataque al rival y de lograr empatía con la gente.

A 26 años de ese enfrentamiento, hoy se escribe una nueva historia en la que todo puede suceder. Porque, señores, estamos en el Perú. Apago el televisor.