De la selva, su encanto. La escultura Carolina no hace más que confirmar que en el oriente peruano hay mujeres hermosas. Ella es una experta bailando las danzas de su tierra y su mejor paso es el cimbreante movimiento de caderas.
De la selva, su encanto. La escultura Carolina no hace más que confirmar que en el oriente peruano hay mujeres hermosas. Ella es una experta bailando las danzas de su tierra y su mejor paso es el cimbreante movimiento de caderas.
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