Quizás te parezca sorprendente, pero existe una relación entre y la depresión, ya que las bacterias intestinales son las responsables de regular los niveles de serotonina en el cuerpo; la cual es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo y el sueño.

La docente de la carrera de Nutrición de la Universidad Científica del Sur, Sarah Torres nos explica cómo es que las bacterias intestinales pueden alterar nuestra salud mental.

BACTERIAS INTESTINALES

Las bacterias intestinales son todas aquellas bacterias que se encuentran en el intestino grueso y en el delgado, estas bacterias nos ayudan a digerir los alimentos que comemos y también producen sustancias como la serotonina y dopamina que nos ayudan en nuestro estado de ánimo.

RELACION ENTRE LAS BACTERIAS INTESTINALES Y LA DEPRESIÓN

Actualmente, se ha descubierto que existen bacterias que están relacionadas con procesos de salud mental como depresión o ansiedad. Esto ocurre porque si bien algunas nos ayudan a producir serotonina o dopamina a nivel del intestino, cuando hay un desbalance y las bacterias benéficas son menores a las que no lo son, se compromete la producción de serotonina y dopamina, lo cual altera a nivel cerebral toda la bioquímica que nos ayuda a mantener un estado emocional equilibrado.

Es importante tener en cuenta que las bacterias benéficas pueden llegar a producir más de la mitad de la dopamina y hasta el 95% de la serotonina en nuestros intestinos.

NACEMOS CON ESTAS BACTERIAS

Cuando nacemos recibimos las bacterias de nuestra madre, incluso la calidad de estas dependerá de acuerdo con el tipo de parto. Por ejemplo, si una madre no tiene ningún tipo de enfermedad y su parto ha sido vaginal, esto mejorará la calidad de bacterias que pueda tener el niño o la niña. Y, si el recién nacido toma leche materna, ayudará a la creación de bacterias benéficas y se tendrá la cantidad suficiente que el cuerpo necesita.

Por el contrario, si el bebé nace por cesárea y después toma fórmulas maternizadas, esto va a comprometer la cantidad de bacterias benéficas, ocasionando otro tipo de problemas, entre ellos está la depresión, la ansiedad y otros problemas metabólicos como el sobrepeso o la diabetes.

BACTERIAS BUENAS

Para tener bacterias benéficas que puedan promover un sistema de salud intestinal adecuado, es necesario una alimentación balanceada, que incluya una buena cantidad de fibra, se recomienda aproximadamente 5 porciones entre frutas y verduras al día.

Además, incluir otros alimentos como las menestras y algunos cereales ricos en fibra como la avena y la quinua.

También, se recomienda incluir en nuestra alimentación la grasa, como el omega 3, que lo encontramos principalmente en pescados y nos ayudan en que la cantidad de estas en nuestro organismo sea la adecuada.

Esto nos ayudará a que las bacterias benéficas puedan estar en una cantidad adecuada en nuestro organismo.

BACTERÍAS QUE PRODUCEN SEROTONINA Y DOPAMINA

Las bacterias específicas que pueden producir serotonina son el Streptococcus y Enterococos; y las que producen dopamina son los Bacillus y Saccharomyces.

CONSECUENCIAS DE UN CRECIMIENTO EXAGERADO DE BACTERIAS

Si son bacterias que no son benéficas como el Clostridium o Escherichia coli, la consecuencia principal a corto plazo es que pueden inducir a una diarrea por sobrecrecimiento bacteriano. Y, si hay un desequilibrio a largo plazo entre las bacterias benéficas y las no benéficas, esto generará problemas de salud como sobrepeso, obesidad, diabetes, depresión o ansiedad.

TRATAMIENTO

Actualmente, hay tratamientos de tipo médico como el trasplante de microbiota, para ello se necesita que el paciente se hospitaliza y reciba todo un procedimiento específico.

Pero, la mejor recomendación es mantener una dieta saludable. Además, comer pescado tres veces por semana y de no poder hacerlo se debe incluir suplementos de omegas bajo supervisión del profesional nutricionista, del mismo modo si en caso no se pudiera consumir a diario frutas y verduras se podría optar por un suplemento de fibra.

RECOMENDACIONES

Para evitar la proliferación de bacterias que no son benéficas, se recomienda llevar una alimentación balanceada que incluya por lo menos cinco raciones entre frutas y verduras al día, de preferencia frescas. Adicionalmente, se debe consumir pescado, tres veces por semana, pero consumirlos en preparaciones que no sean fritas.

Además, es necesario evitar comer comida rápida o ultra procesados, por ejemplo, las galletas que tienen cobertura de chocolate, cremas, las papitas fritas, sopas en sobre, entre otros. Recordemos que educar en nutrición y alimentación no es prohibir algunos alimentos sino saber con qué frecuencia y en qué porciones debemos comerlos.

Las bacterias no se producen, las bacterias ya existen en nuestros intestinos, estas pueden proliferar más o menos.

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