Hernán Barcos es la máxima figura de Alianza Lima no solo porque hace goles, no solo porque asiste, tampoco solamente porque deja el pulmón en la cancha o porque tapa si es necesario. Existen otras razones tan igual de importantes que lo han convertido en el rostro visible del éxito, en el referente máximo de la hazaña y del cambio positivo. Bernardo Cuesta es algo parecido en Melgar.
Podemos hablar de goles, récords o valoraciones numérica dentro del campo del juego. En toda estadística, el resultado será el mismo: tanto Hernán Barcos como Bernardo Cuesta son fundamentales para el éxito de Alianza Lima como Melgar respectivamente. No es novedad.
Pero ambos tienen una similitud tan o más importante: su presencia y sus hazañas en el campo estimulan emocionalmente más que nadie al equipo y ese apasionamiento se traslada a la tribuna: no hay jugador más querido en sus respectivos equipos.
Hernán Barcos llegó a un Alianza Lima que pensaba jugar Segunda y finalmente se quedó en Primera. Un plantel que venía de un 2020 para el olvido, con una imagen bombardeada por jugadores que tenían más ampays que goles y rendimientos por el piso.
“No tomo, no fumo y no salgo”, o algo así dijo Hernán Barcos apenas piso Lima y se puso la blanquiazul. El mensaje era claro, el veterano llegaba para cambiar la interna del plantel y lavarle el rostro al equipo. Todo lo hizo con creces en un año que fue decisivo cuando todos pensaban que la estrella sería Jefferson Farfán.
Barcos se puso el equipo al hombro y fue más allá este 2022: mientras Farfán veía la Champions, Barcos acompañaba al equipo femenino en el estadio, alentaba y era noticia siempre por buenas acciones. Nunca se le conoció un ampay ni nada extradeportivo.
Incluso hizo noticia porque le compró una casa a la mujer que le ayudaba a cuidar a sus hijos.
Un ejemplo de futbolista, pero también un retrato del ciudadano perfecto. Sus acciones roban likes y suspiros. Contagia todo lo bueno y es ejemplo ideal para los más chicos.
Por eso pesa tanto que esté o no en un once inicial de Alianza Lima este año, más aún en finales.
El caso de Bernardo Cuesta es similar, un delantero que halló su lugar en el mundo en Melgar, donde es goleador histórico y sigue siendo pieza clave en el juego, es el goleador de la temporada y referente máximo. Su historia es una historia de amor siempre con final feliz.
En Arequipa es ídolo, en el club es un ejemplo de profesional. Su pasión por los colores rojinegros hace que su rendimiento se multiplique cada vez que ha vuelto a ponerse la camiseta de Melgar. Además, es sinónimo inequívoco de gol.
Estas finales de la Liga 1 nos presentan un duelo de goleadores, pero también un encuentro de dos futbolistas que hacen mejores a sus equipos desde su disciplina, su constancia, su entrega y su relación con la hinchada. No es casualidad que ambos clubes hayan llegado a la gran final.
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