Desde tiempos inmemoriales, en las cosas del amor, existen códigos. Inclusive los mandamientos de Moisés, presentados en el monte Sinaí, advertían muy bien que para Dios, los ‘partidores’ estaban destinados al infierno. ‘No desearás a la mujer de tu prójimo’, se leía en hebreo. En el mundo de la mafia siciliana, no había falta mayor para un miembro de la ‘familia’ que seducir a la mujer de otro mafioso. Eso se pagaba con la muerte.

En el Perú, las imágenes captadas por una cámara de seguridad de La Atarjea, en la autopista Ramiro Prialé, horrorizaron a los televidentes. Desde el puente Graña, unos hombres lanzan al río a un desafortunado, desde unos 20 metros de altura, y luego le sueltan una lluvia de balas. Ni Martin Scorsese, en ‘Buenos muchachos’ o ‘Casino’, pudo filmar escena tan brutal y violenta.

MAFIOSO CORNUDO

El autor intelectual y material de tan execrable asesinato fue el prontuariado delincuente Nicolás Deza Vera (38), ‘Nico’. Hasta los tipos malos se enamoran y ‘Nico’ estaba perdidamente enamorado de su esposa Carmen Joana Mendoza (35). Como tantos hombres que tienen negocios riesgosos, paraba mucho tiempo fuera de casa. Así que mandaba a su hombre de confianza, su guardaespaldas, para que traslade a su mujer adonde ella quisiera. Un fortachón que usaba politos apretados. Héctor Arturo Fernández Francisco, su fiel ‘chaleco’, de 30 años, también casado y con hijos.

Pero ‘Nico’ notó que su esposa no estaba en casa en las mismas horas que buscaba a Arturo, quien desaparecía y no contestaba su celular. También llamaba desesperado a su ‘Camuchita’ y lo mismo: celular apagado. Por eso contrató a unos ‘pirañas’ para que sigan al empleado y a su esposa. Los ‘zapatos rotos’ no tardaron en darle la devastadora información: ‘Arturo y Carmen demolían hoteles’ en Los Olivos, San Martín de Porres y, lo peor, ‘en su propia casa, tío’. Fue cuando ‘Nico’ decidió que su empleado tenía que morir.

SANGRE EN EL RÍO

A las 11:30 de la noche del 29 de abril, Héctor recibió una llamada de su jefe: “Tienes que venir a Barrios Altos, vamos a hacer un trabajito”. En ese momento, él se encontraba con su esposa, a quien dijo: “Te dejo en la casa, debo ir a encontrarme con mi jefe. Luego te llamo” y se fue. Nunca más lo vieron con vida. Su cadáver fue encontrado en el río Rímac, horas después, con varios impactos de bala en el tórax y uno en la cabeza. Estaba amarrado y tenía cadenas, pulsera y anillos de oro, zapatillas y ropa de marca, así que se descartó el móvil del robo.

El marido se convirtió en el principal sospechoso cuando una expareja de la víctima, mujeriego consuetudinario, le contó a la policía: “Esa mujer lo llamaba por las noches y lo hacía salir de la casa. Ella lo acosaba, por eso terminamos”, contó la sexy ‘Katherine’, quien también fue pareja de Renzo Espinoza Brissolesi, ‘Renzito’.

Los detectives vieron las imágenes de la cámara de seguridad de Sedapal. En ellas, se observa que Nicolás Deza conduce el auto Toyota Yaris negro que se estacionó a un lado de la autopista Ramiro Prialé, en el puente ‘Graña’, en San Juan de Lurigancho, y bajan dos tipos: uno de contextura gruesa, 1.80 m de estatura, y otro delgado de apenas 1.65. Entre ambos sacan a Héctor Fernández de la maletera y tratan de arrojarlo al río. Él se resiste, lucha por su vida desesperadamente y cae al pavimento. Pero ambos lo recogen y, finalmente, lo lanzan.

El video muestra que ambos le disparan, pero como aún se movía, ‘Nico’ desciende del auto, saca una pistola con silenciador y le dispara más de 10 balazos, al igual que sus sicarios. Finalmente, el sujeto rollizo bajó al lecho del río y le da el tiro de gracia en la cabeza.

Carmen Mendoza fue llamada por la policía a declarar: “Nunca fui pareja de Héctor, él se encargaba de trasladarme con mi taxi, era mi chofer, un taxista, nada más. Hace mucho tiempo que me separé de Nicolás Deza, no sé nada de él”.

Pero las evidencias apuntaban a ‘Nico’, quien se convirtió en uno de los 15 hombres más buscados del país. Por su cabeza ofrecían 50 mil soles de recompensa.

Un vecino dio el dato. ‘Nico’ fue atrapado el sábado 2 de abril en un moderno departamento, cuando veía el clásico del fútbol español Barcelona-Real Madrid, en el octavo piso del condominio Parque Central, calle Molino del Gato 200, Cercado de Lima.

Lucía barba y sobrepeso. Estaba pedido por asesinar a su amigo estilista Irvin Jonathan Grados Sebastián, en enero del 2011, en la cuadra 9 del pasaje Amazonas, en Barrios Altos. Y cuatro años más tarde a su chofer y amigo Héctor Fernández, porque le quitó el amor de su mujer.

Si te interesó lo que acabas de leer, puedes seguir nuestras últimas publicaciones por , , y puedes suscribirte a nuestro newsletter.